Se encuentra en: El Museo > ¿Sabías que...?
¿Sabías que en la judería de Girona...?En este apartado intentaremos responder las preguntas más frecuentes relacionadas con las judías y los judíos de la Girona medieval. Haced clic en la pregunta para ver la respuesta. Durante el Séder de Pésaj, la celebración que marca el inicio de la Pascua judía, las famílias leían el texto de la Hagadá, que contiene la narración del Éxodo de Egipto. Los textos de las hagadot tienen orígenes muy antiguos e incluyen también cuentos, leyendas y parábolas con un contenido ético, histórico y religioso. La primera noche de Pésaj se celebra el Séder, el ritual que marca el inicio de la Pascua judía con una cena especial. Se utiliza un plato (keará) que contiene seis alimentos simbólicos para evocar la historia del Éxodo de Egipto: Maror: generalmente una lechuga romana, es una hierba amarga que simboliza la amargura y las penalidades de la esclavitud en el Antiguo Egipto. Jazeret: otro tipo de hierba amarga, como la raíz de un rábano picante Jaroset: mezcla de frutos secos, a veces con manzana y canela, dulce y de aspecto oscuro y pastoso. Representa el mortero utilizado por los esclavos al construir edificios en el Antiguo Egipto. Karpás: una hierba o verdura de primavera que simboliza esperanza, mojada en agua salada que remite a las lágrimas vertidas por los esclavos hebreos. A menudo se utiliza el apio. Zeroá: tibia de cordero asada (o ala o cuello de pollo) que simboliza el sacrificio de Pascua (antiguamente se ofrecía el sacrificio de un cordero al Templo de Jerusalén). No se ingiere ni se manipula, sirve como recuerdo visual. Beitzá: huevo hervido que evoca el luto por la destrucción del Templo (los huevos se sirven en las celebraciones de velatorio de difuntos), y tampoco se ingiere ni se manipula. Hay un séptimo alimento simbólico fuera de este plato, son tres pilas de matzot. La matzá o pan ácimo (sin levadura) recuerda la salida apresurada de Egipto, cuando no hubo tiempo de dejar que el pan levase. Se cree que los sellos medievales encontrados en Puigcerdà y l’Espluga de Francolí servían para marcar estos panes de Pascua, porque llevan inscripciones sobre el consumo de matzot por Pascua. Durante la edad media, los habitantes de Girona utilizaban el catalán a diario. La comunidad judía no era una excepción, y también era su lengua de comunicación oral tanto con los miembros de su comunidad como con los cristianos. Evidentemente también aprendían el hebreo, que era la lengua de oración y de comunicación escrita. En los documentos generados por la propia comunidad se escribía en hebreo (caracteres hebreos y palabras hebreas) todo aquello relacionado con la liturgia, oración y documentos oficiales; se escribía en aljamiado (caracteres hebreos y palabras catalanas) en algunos casos, sobre todo en documentos relacionados con la vida cotidiana: anotaciones de compras y ventas, listados y otros escritos ordinarios. Tal y como indica Eduard Feliu, "en la edad media, Catalunya o, mejor dicho, los condados que formaban Catalunya, no se incluían bajo la denominación de Sefarad en la literatura hebrea". Durante la edad media, la palabra "Sefarad" se refería al sur de la península, las tierras musulmanas de al-Ándalus. Los reinos cristianos del norte se llamaban a menudo "la tierra de Edom", pero al mismo tiempo se referían a cada reino con su nombre específico: Castilla, Aragón, Mallorca... No fue hasta los siglos XV y XVI que Sefarad se convirtió en el nombre hebreo usual para designar España. Según la ley judía, se accedía a las sinagogas a través de un callejón cubierto (el acceso al templo y a la escuela siempre tenía que ser a través de una vía lateral) que daba al complejo comunitario (schola) formado por baños, pozos, claustro y otras dependencias anexas utilizadas como lugar de reunión del consejo y de los dirigentes, espacios de acogida para transeúntes o personas sin hogar y la escuela para niños. Las mujeres, cuando iban a la sinagoga, tenían que rezar en un espacio diferenciado al de los hombres; e incluso, en algunos casos, accedían a él a través de una calle propia (el callejón de las mujeres). Allí podían seguir la oración que se realizaba en el espacio central, ocupado por los hombres, que según la tradición judía son los encargados de leer la Torá. Aunque los documentos nos hablan de la llegada de las primeras familias judías en el año 898 y estas se establecieron en la parte alta de la ciudad, cerca del espacio que hoy ocupan la Catedral de Girona y el Palacio Episcopal (edificios construidos unos siglos después), no tenemos suficientes datos documentales ni arqueológicos que permitan afirmar la existencia física de una sinagoga en este espacio; quizá simplemente disponían de un espacio de reunión y oración conjunto o, quizá, efectivamente, de un recinto religioso. En cambio, sí que está bien documentada la sinagoga más grande e importante que tuvo la ciudad, activa desde el siglo XIII hasta 1420, cuando fue clausurada definitivamente por orden de la reina María, lugarteniente de su marido, el rey Alfonso el Magnánimo. Estaba situada al lado oeste de la actual calle de la Força y afrontaba con la muralla de la actual calle Ballesteries. Tenía una sala central y una inferior reservada a las mujeres, un micvé o baño ritual que se alimentaba del agua del río Oñar, una habitación destinada al estudio de los textos sagrados, patios de entrada con fuente, pozo y manantiales de agua y quizá otras habitaciones destinadas al estudio, oración y organización comunitaria. El micvé más antiguo documentado en Girona es del siglo XIII. Estaba dentro de los baños públicos (los hoy llamados Baños Árabes), en una habitación alquilada expresamente por la comunidad judía para ser utilizada como baño ritual o micvé. Así lo especifica el responsum de Rabino Salomó ben Adret de Barcelona (Rashba), dirigido a los sabios judíos gerundenses a finales del siglo XIII. Las razones del uso, poco común, de un espacio público como lugar donde cumplir con el ritual judío tienen su origen probablemente en la destrucción de la judería por parte de los almogávares en 1285. Después de aquello, la comunidad judía debió quedarse sin un micvé adecuado y apto y, a la espera de poderlo reconstruir junto a la sinagoga, optaron por alquilar una habitación de los baños públicos de la ciudad. ... compraban y vendían tierras, casas y otras propiedades, tanto a personas cristianas como judías?En 1047, la judía Rahel vendió, en nombre propio, una parcela de tierra que había heredado de sus padres, situada fuera de las murallas, en el pequeño valle vinícola de Sant Daniel. Ella firmó personalmente, en hebreo, el documento de venta a favor de un cristiano llamado Elías. Parece que Rahel sabía escribir, un hecho muy poco común en aquella época. Eso le permitió poder firmar de su propio puño el documento de venta. Pero lo más importante es que Rahel actuaba con entidad e identidad propia e individual, no necesitaba ninguna referencia masculina para hacer una transacción legal y legalizada de una propiedad suya. La palabra call (judería)proviene del término latino callis y designa el barrio o el conjunto de calles donde vivían los judíos y las judías dentro del área urbana de las ciudades catalanas medievales. El call nació principalmente porque la población judía necesitaba un lugar donde poder desarrollar una vida ritual y religiosa fundamentada en la tradición de Israel. Un espacio donde rezar, estudiar y reunirse, como la sinagoga, un baño (micvé) que garantizara la pureza ritual imprescindible en la vida judía y un matadero que proveyera la comunidad de carne casher (apta, según la ley). El call de Girona se fue formando alrededor de aquellos espacios imprescindibles para la vida comunitaria. El amplio espacio urbano que tenía como eje esta calle era conocido como “Força Vella” (Fortaleza Vieja), en referencia al primer recinto amurallado de la ciudad de Girona. La calle sigue el trazado de la Vía Augusta romana y en la Edad Media servía de eje principal de la judería, que era sólo un sector de la Fortaleza Vieja. A partir del siglo XIII y hasta el XIV-XV (1391-1415), en su parte más alta, junto a las escaleras de la Catedral, se llamaba calle Mayor del Call. Debido al ataque contra el barrio judío la noche de San Lorenzo de 1391, pasó a llamarse calle de San Llorenç, y todavía hoy se puede ver una pequeña urna con una imagen de este santo. A mediados del siglo XVII se empezó a llamar calle Força, denominación que remite al antiguo nombre de este sector de la ciudad.
El Talmud es una explicación de la Torá, una guía para la vida diaria. Recoge comentarios y deliberaciones que los sabios y escribas hicieron alrededor de la Torá. Antiguamente se transmitían de forma oral pero, sobre todo después de la destrucción del Templo el año 70 dC, se tuvieron que poner por escrito. El Talmud se compila entre el siglo II aC y el IV dC, en arameo, y hay dos versiones: el de Jerusalén (poco común en nuestro país) y el de Babilonia (más extendido y utilizado). El Talmud es muy importante para el judaísmo porque fue la fuente primaria que los rabinos utilizaron para desarrollar la Halajá, el derecho judío, durante la antigüedad tardía y la edad media. Las casas y las calles del call (judería) ofrecían el mismo aspecto exterior que cualquier otro punto de la ciudad medieval; sólo había un elemento físico que permitía identificar una casa determinada como vivienda de una familia judía: la mezuzá. Este pergamino enrollado contenía los versículos bíblicos del Deuteronomio Shemá Israel (Escucha, Israel) y se depositaba en un estuche en una rendija hecha en la jamba derecha de las puertas. Aún hoy en día son visibles algunos huecos para la mezuzá en ciertos lugares del call gerundense.
El shabat corresponde al sábado (Xabbat en hebreo), séptimo día de la semana hebrea. Hace referencia al día de contemplación después de los seis días de trabajo para la creación del mundo, según el libro del Génesis de la Biblia. Comienza el viernes cuando el sol se pone y termina con la puesta de sol del sábado. Durante este día se combinan rituales colectivos en la sinagoga y en familia con momentos de reflexión interior.
Era una fiesta familiar, que se celebraba la séptima noche después del nacimiento. Según las confesiones de un converso valenciano a la Inquisición (1480), consistía en la inmersión de la criatura en una bacía con agua, sustancias olorosas y otros elementos que simbolizaban la prosperidad. Después del baño se daba el nombre judío a la criatura y se le deseaban buenos augurios y larga vida.
La Cábala es un conjunto de teorías metafísicas, enseñanzas y textos de la mística judía. Se convirtió en un movimiento intelectual muy importante en las comunidades judías del Languedoc y la Provenza en el siglo XII. Los textos fundamentales de la doctrina cabalística eran el Bahir, Libro de la Claridad, el Sefer Yetzirá, Libro de la Creación, y el Zohar, Libro del Resplandor.
|
© 2024 Patronat Call de Girona | Contacto | Accesibilidad |