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Con el tren llegó la modernidad

El 26 de enero de 1862 llegó el primer tren a la ciudad de Girona.

Símbolo de modernidad y progreso, el ferrocarril representó para la ciudad la plena integración en la nueva era industrial. En general fue visto con unas expectativas de cambio positivo y tuvo un gran recibimiento con la fiesta de inauguración oficial del 3 de marzo, una efeméride de la que se cunmplen 150 años.
La estación estaba fuera de las murallas y ocupaba un espacio que siempre se había mantenido libre de edificaciones para la defensa de Girona, que hasta finales de siglo fue plaza fuerte militar. La ciudad se preparó a conciencia para el recibimiento. Las instituciones locales se gastaron 4.000 reales para el festejo de la jornada. Durante los primeros años, se tardaba cinco horas para ir de Girona a Barcelona y los accidentes fueron constantes hasta que no se estrenó el teléfono y el freno automático a principios del siglo XX.