¿Eres un amante de los cuentos con final feliz? ¡Pues ésta es tu leyenda!
Esta historia tan bonita está ambientada en los tiempos que la peste azotaba la ciudad de Girona. Las autoridades cerraron la calle Argenteria para que la enfermedad no se extendiera. Un chico que vivía allí, hacia cada día saltos y piruetas para distraer a los vecinos, y así la gente no pensaba tanto en su enfermedad y en el hecho que no pudieran salir de su calle. Al final se casó con la hija del pastelero de la calle, que era una chica muy dulce y bonita.
Al cabo de los años los gerundenses hicieron un muñeco imitando aquel chico, el Tarlá, y cada año lo cuelgan entre dos balcones de la calle, sobre una barra que va girando. Es muy bonito. Si venís a Girona en primavera, lo tenéis que ver.
Propuesta de: Clara D., Fiona i Carla V.