El proyecto para preservar la documentación generada por el Tribunal de Reclamaciones Nucleares comenzó en 2012 cuando la Fundación Elsevier, dedicada a promover la ciencia y la tecnología a países en desarrollo, otorgó una subvención al Tribunal de Reclamaciones Nucleares para conservar y digitalizar sus documentos. Los fondos de la fundación iban destinados a adquirir un ordenador y un escáner, así como lograr la participación de profesionales de los archivos y contratar a un trabajador para los trabajos de digitalización. [1] La archivera Trudy Peterson hizo en 2012 dos viajes a Majuro para estudiar la documentación y desarrollar un plan de preservación. En un principio parecía que se podía contratar a una persona para que pudiera pasar dos meses trabajando en el tratamiento archivístico de la documentación pero, finalmente y por diversas razones, esto no fue posible. El mismo año 2012, Trudy Peterson y Joan Boadas, jefe del Archivo Municipal de Girona, coincidieron en una reunión del Consejo Internacional de Archivos en Weimar (Alemania). Allí Trudy Peterson expuso a Boadas la situación del fondo sonoro y audiovisual de las Islas Marshall. Peterson sabía que en el Archivo Municipal de Girona, concretamente en el Centre de Recerca i Difusió de la Imatge (CRDI) dependiendo del mismo ayuntamiento, tenían experiencia en el tratamiento de la documentación audiovisual, y por ello le planteó a Boadas la posibilidad de establecer un convenio de colaboración entre las Islas Marshall y el Ayuntamiento de Girona. El convenio se materializó en octubre de 2012. Joan Boadas i Bill Graham a Barcelona, 2012 La primera remisión del material llegó de la mano de Bill Graham, uno de los abogados que participó en el proceso del Tribunal de Reclamaciones Nucleares en representación del gobierno de las islas. Graham transportó las cintas de casete en una maleta de ruedas que pasó las fronteras de Estados Unidos, Suiza y España. A la salida de las Islas Marshall un policía hizo abrir la maleta a Bill Graham y cuando le preguntó por el contenido, él le explicó que eran las cintas del Tribunal de Reclamaciones Nucleares. Ante la sorpresa del abogado, el policía lo dejó pasar sin más. | La digitalización de la documentación audiovisual comenzó en el CRDI en octubre de 2013 y en febrero del año siguiente había finalizado. Más adelante, se produjeron otras transferencias de documentación, la última en julio de 2016, y en la actualidad toda la documentación ha sido digitalizada. Paralelamente, a principios de 2014, Trudy Peterson propuso al Ministerio de Asuntos Exteriores de Suiza que aportara fondos para reiniciar el proyecto de digitalización de la documentación textual. A principios de 2015 la propuesta fue aprobada y la organización no gubernamental SwissPeace fue contratada por el Ministerio para administrar los fondos. En marzo del mismo año, Peterson y el archivero Andreas Nef viajaron a Majuro con un nuevo escáner y dos discos duros de gran capacidad para almacenar la documentación digital. Al mismo tiempo también se llevó a cabo la formación del personal que llevaría a cabo la digitalización. En septiembre Andreas Nef volvió a Majuro y se hizo una nueva donación de dos ordenadores portátiles a cargo de Swiss Peace y DocuTeam. Durante el verano de 2015 la organización Greenpeace también hizo una generosa donación al proyecto para conmemorar el 30 aniversario del viaje del Raimbow Warrior que transportó la gente de una zona contaminada del atolón Rongelap en la isla de Mejatto, hasta el atolón Kwajalein. Los fondos han sido destinados a pagar dos personas más que trabajarán en la digitalización y un segundo escáner. Actualmente existen negociaciones con los Archivos Federales de Suiza para que se ocupen del almacenamiento permanente de las copias digitales. |
[1] Tribunal records preserved. The Marshall Islands Journal. Friday, November 13, 2015
http://archivesproject.swisspeace.ch/fileadmin/user_upload/archivesproject/2015-11-19_Marshall_Islands_Journal_11-13-2015_Tribunal_02.pdf