Recientemente, las autoridades de las Islas Marshall han tratado de implicar a las Naciones Unidas para que asuman su parte de responsabilidad al permitir que los Estados Unidos pudieran llevar a cabo los ensayos nucleares mientras actuaban como un administrador de la ONU y, en este sentido, le piden que presione al gobierno de los Estados Unidos para que termine de proporcionar una compensación adecuada. En septiembre de 2012 Calin Georgescu, relator especial de la ONU sobre los derechos humanos y residuos tóxicos, en su informe sobre las Islas Marshall destacó que las pruebas nucleares habían supuesto para las comunidades la pérdida de su forma de vida indígena y que habían tenido consecuencias negativas a largo plazo en la salud de las personas. Por ello alentó a los Estados Unidos a cumplir con sus responsabilidades con el pueblo marshalés proporcionando una "financiación completa para que el Tribunal de Reclamaciones Nucleares pudiera otorgar una compensación adecuada a las reclamaciones presentadas". Hoy en día las cuestiones nucleares permanecen en el centro de la compleja relación geopolítica entre los Estados Unidos y las Islas Marshall. Las secuelas persisten. La población de las islas sufre problemas de salud incluyendo altas tasas de cáncer y de diabetes; no existen oncólogos permanentes ni tratamiento adecuado contra el cáncer como quimioterapia o radioterapia, y no hay un consenso entre el Departamento de Energía de Estados Unidos y el gobierno de las islas sobre los efectos de la exposición durante y después de las pruebas. Pero al margen de los problemas provocados por la incidencia directa de la radiación, existen otros como el paro, el consumo de alcohol entre los jóvenes o la diabetes y la obesidad causada por el consumo de productos procesados de importación como el pollo y el arroz [1]. | Asian Development Bank. Newly picked bananas in the food preparation of women in Majuro, Marshall Islands. Una de las ventajas del pacto con Estados Unidos es que los ciudadanos de las Islas pueden trabajar en ese país indefinidamente sin necesidad de visado. Los estudiantes más prometedores a menudo emigran o se alistan en el ejército y rara vez vuelven. Las relaciones bilaterales contemplan también la existencia de becas. El ejército de Estados Unidos todavía tiene en arrendamiento un puñado de islas al norte del atolón de Kwajalein. Actualmente la principal amenaza para las Islas Marshall es el cambio climático que se manifiesta en grandes mareas que obligan a evacuar gran cantidad de personas y de alguna manera hacen volver "los fantasmas del pasado". |
[1] A ground zero forgotten. The Marshall Islands, once a U.S. nuclear test site, face oblivion again. The Washington Post. November, 2015
http://www.washingtonpost.com/sf/national/2015/11/27/a-ground-zero-forgotten/